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Lic. Daisy Abente, para Mindher. Junio 2024

La autoestima es como el motor que impulsa el viaje de una mujer a través de la vida. Es el fundamento sobre el cual construye sus sueños, enfrenta desafíos y se relaciona con el mundo que la rodea. Reconocer y cultivar una autoestima sana es crucial para el bienestar emocional y el éxito personal de una mujer.

La autoestima se construye a lo largo de toda la vida y siempre tenemos que estar alertas para ir haciendo los ajustes necesarios para que esta permanezca sana. Lo que dice nuestros padres, tutores, profesores, amigos, jefes o lideres cercanos, todo eso influye en nuestro autoconcepto y va siendo la base de nuestros pensamientos internos. Lo que pensamos, somos y hacemos. Lo bueno es que la autoestima puede ser modificada las veces que queramos, siempre podemos estar mejor.

Es fundamental conocernos a nosotros mismos, para a partir de ahí relacionarnos con el mundo que nos rodea. Muchas veces, nos centramos demasiado en nuestras debilidades, lo que puede llevar a una visión distorsionada de nosotros mismos. Sin embargo, reconocer y aceptar nuestras áreas de mejora es el primer paso para el crecimiento personal. Al mismo tiempo, es igualmente importante celebrar nuestras fortalezas. Reconocer nuestras habilidades y logros nos ayuda a construir una imagen positiva de nosotras mismas y nos impulsa a alcanzar nuestros objetivos.

Para cultivar una autoestima sólida, es crucial monitorear como están nuestros pensamientos, que nos decimos a nosotras mismas. Las herramientas de autocuidado pueden variar desde prácticas simples, como el ejercicio regular y una dieta saludable, hasta actividades que fomenten la conexión emocional y espiritual, como la meditación y la escritura reflexiva. El autocuidado también implica establecer límites saludables en nuestras relaciones y priorizar nuestro bienestar emocional y mental. Al dedicar tiempo y energía a cuidar de nosotras mismas, fortalecemos nuestra autoestima y nuestra capacidad para enfrentar los desafíos de la vida con confianza y resiliencia.

Como somos seres sociales, la comunicación humana es fundamental para poder relacionarnos bien con nosotros mismos y los demás. Los pilares básicos de la comunicación humana son la escucha activa, la empatía, la efectividad y la asertividad. Aplicar estos pilares en el día a día puede mejorar significativamente la calidad de nuestras interacciones con los demás.

  1. Escucha activa: se refiere a prestar atención completa a lo que la otra persona está diciendo, sin interrupciones ni distracciones. Es importante practicar la escucha sin juzgar, mostrando interés genuino en el punto de vista del otro y haciendo preguntas para clarificar y comprender mejor su perspectiva.
  1. Empatía: es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus emociones y experiencias. Es útil practicar la empatía al tratar de entender los sentimientos y preocupaciones de los demás, mostrando compasión y apoyo en momentos de dificultad.
  2. Efectividad: implica expresarse de manera concisa y directa, evitando malentendidos y confusiones. Necesitamos ser conscientes de nuestra manera de expresarnos, utilizando un lenguaje claro y preciso, y asegurándonos de que nuestras ideas sean entendidas por los demás.
  3. Asertividad: Ser asertivo significa expresar nuestras necesidades, deseos y opiniones de manera respetuosa y firme, sin dañar a la otra persona. Es importante practicar la comunicación asertiva al establecer límites saludables, defender nuestros derechos y expresar nuestros sentimientos de manera honesta y directa.

Generar un plan de acción efectivo es fundamental para alcanzar cualquier objetivo que te propongas. Aquí te dejo algunos pasos clave para crear uno:

  1. Establece tu objetivo: Define claramente lo que quieres lograr. Asegúrate de que tu objetivo sea específico, medible, alcanzable, relevante y con un tiempo determinado (objetivos SMART).
  2. Identifica tus recursos: Haz una lista de los recursos necesarios para alcanzar tu objetivo, como tiempo, dinero, habilidades, contactos, etc.
  3. Analiza los obstáculos: Identifica posibles obstáculos que puedan surgir en el camino hacia tu objetivo y piensa en estrategias para superarlos.
  4. Divide en pasos: Establece los pasos que debes llevar a cabo, desde los más pequeños y manejables. Esto facilitará el proceso y te permitirá mantener el enfoque en cada etapa del camino.
  5. Establece un cronograma: Asigna plazos realistas para cada paso de tu plan de acción. Esto te ayudará a mantenerte enfocado y a asegurarte de que estás avanzando constantemente hacia tu objetivo.
  6. Asigna responsabilidades: Si trabajas en equipo o si hay otras personas involucradas en la consecución de tu objetivo, asigna responsabilidades claras a cada persona y asegúrate de que todos estén comprometidos con el plan.
  7. Evalúa y ajusta: Regularmente revisa tu progreso y evalúa si estás alcanzando tus metas. Si es necesario, ajusta tu plan de acción para adaptarte a los cambios en el camino o para mejorar la eficacia de tus estrategias.
  8. Mantén la motivación: Encuentra formas de mantenerte motivado a lo largo del proceso, ya sea celebrando tus logros, recordando tu visión final o buscando apoyo de amigos y familiares.

Recuerda que un plan de acción es solo el primer paso hacia la consecución de tus metas. Lo más importante es la acción constante y la perseverancia para superar los desafíos y lograr lo que te propones.

Daisy Abente

Psicologa Clínica

https://www.instagram.com/daisyabente

@daisyabente

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